Como todo soñador, confundí la decepción con la verdad.
-Jean-Paul Sartre
Sé que, a veces, cuando me examino el alma, la siento un poco quebrada.
Juan Rulfo
“No puedo dejar de pensar que siempre hay algo que admirar en la gente, incluso cuando no aprobamos su conducta.”
— E. M. Forster, Una habitación con vistas
Cuando creíamos que teníamos todas las respuestas, de pronto, cambiaron todas las preguntas
Mario Benedetti. (via light-of-prism)
""Weep! Weep!” calls a toad from the water’s edge. And I do. If grief can be a doorway to love, then let us all weep for the world we are breaking apart so we can love it back to wholeness again."
-Robin Wall Kimmerer
“El reflejo religioso del mundo real sólo podrá, en efecto, desaparecer cuando las relaciones de la vida práctica de trabajo representen para los hombres, cotidianamente, relaciones claramente racionales entre sí y hacia la naturaleza. La forma del proceso social de vida, es decir, del proceso material de producción, sólo se despojará de su nebuloso velo místico a partir del momento en que se halle, como producto de hombres libremente socializados, bajo su gobierno cosciente y planificado. Pero ello requiere una base mterial de la sociedad o una serie de condiciones materiales de existencia, que son, a su vez, el producto natural de una larga y dolososa historia de desarrollo” (Marx, 1867 [FCE: 2015:79]: “El fetichismo de la mercancía y su secreto”
Hoy llegó una mujer pidiendo que retratara su tristeza, así que elegí un fondo gris que opacaba el ambiente. “¿Que te hace triste?” le pregunté. Me platicó con detalle de la última persona que amó. Mi conclusión fue que quería que me importara un poco, ya que a esa persona no le importaba más. La persona que amó era una chica con cabellos negros y pequeños labios que hablaban de la grandeza de lo desconocido y lo infinito del universo. Qué pequeña se sentía la mujer comparada con eso. Mientras ella charlaba, yo tomaba fotografías. Su expresión cambiaba continuamente. “Primero nos amamos mutuamente y luego por separado. Ambas veces dolieron. ” Me contó con los ojos humedecidos. La mujer me dijo que se llamaba Mar, pero yo sabía que era mentira y creo que ella sabía que yo sabía que mentía; me pareció que había elegido ese nombre por un motivo específico. Entonces dijo que el nombre de la chica que amó era Lluvia. Le creí. Lluvia no podía quedarse quieta. Se iba a enredar entre las nubes porque no soportaba ser y sentir diferente. Muchos la querían pero terminaban protegiéndose de ella y alejándose. Regresaban a sus casas y la dejaban fuera de sus vidas. Lluvia siempre volvía a Mar. Parecía quererla más cuando no la tenía. Cuando se pertenecían parecía que se ahogaba y llamaba muerte a esa quietud. Mar solo quería que se quedara, pero Lluvia nunca supo contenerse y un día ya no volvió. A veces Mar se sienta cerca de la ventana y cree que la escucha por la noche, pero es solo el viento. Revelé las fotografías en el cuarto oscuro y pienso colocar algunas en la galería en caso de que Lluvia algún día pase por aquí. Parece el tipo de persona que frecuenta lugares como este. Tal vez vea las fotos de Mar y regrese a ella otra vez, aunque el mundo no comprenda, juzgue y le tema a su tipo de amor. Llamé a la serie de fotos Diluvio y me pregunto en qué tierras andará Lluvia tratando de amar como los demás, sintiéndose ajena.
Diluvio, Denise Márquez (via denisesoyletras)